Así empezó todo:
– ¿Por qué no hacemos hoy una excursión al museo?
+ Hoy, exactamente hoy, es complicado. Pero, ¿Qué museo os gustaría visitar?
–De historia.
–No, de arte.
-No, de deporte.
–Un museo maya
–¿Eh? ¿De Amaia?
-¡No! Maya.
-¿Maya es como Amaia?
-Claro que no, Maya es un cultura que vivía hace muchos años en otro lugar, lejos de aquí.
+ Pero, Amaia, Si hubiese un museo sobre ti, ¿Cómo sería ese museo? ¿Y si hubiese uno de klara? ¿Y de Janne?… ¿Y si hacemos nuestro propio museo?
Lo que podría haber sido un intento de salida y visita a un museo, terminó siendo dos sesiones muy interesantes. En la que “Los Curiosos” del Club de las Mentes Inquietas tuvimos que hacer un museo sobre nosotros/as mismos/as. La tarea parecía sencilla pero no lo es tanto.
Al trabajar un museo sobre nosotros/as mismos/as debemos pensar sobre: ¿Qué cosas queremos dar a conocer? ¿Qué cosas pueden ser interesantes para los visitantes? ¿Qué tipo de museos queremos? si uno de historia personal, de objetos, de vivencias…

Con esta actividad, no solo se trabaja el pensamiento crítico, sino también la memoria a corto y largo plazo, ya que los niños deben recordar momentos importantes de sus vidas, seleccionar objetos o historias que representen quiénes son y reflexionar sobre su propio recorrido. Además, se fomenta la expresión emocional y la autoestima, al permitirles valorar sus experiencias personales y compartirlas con otros desde un lugar de orgullo y autenticidad.
También se fortalece la capacidad de organización y toma de decisiones, al tener que estructurar la información, elegir un formato para su museo y pensar en cómo presentar sus ideas de forma clara y creativa. La actividad favorece, además, el desarrollo del lenguaje oral y escrito, según cómo se decida presentar cada “pieza” del museo.
Y por último, algo muy valioso: se promueve el respeto y la empatía, ya que al compartir nuestros propios museos y visitar los de los demás, aprendemos a mirar con interés y cariño las historias de quienes nos rodean. En definitiva, una experiencia que, sin darnos cuenta, nos invitó a conocernos mejor a nosotros mismos y a los demás.
¿Qué salas tendrían el museo del Club de las Mentes Inquietas del grupo de “Los Exploradores?:
(Resumen de los museos mostrados. El resumen que se muestra a continuación está ordenados según el recorrido que los visitantes harían).
- Mi museo tendría un montón de salas y tiene la puerta de entrada y los baños. No todas se han terminado de hacer o completar, porque como relata mi vida y solo tengo 7 años, aun faltan muchas cosas por completar (además que no me ha dado tiempo a terminarlo). Sí, sería un museo vivo, porque se podrán ir añadiendo cosas con el paso del tiempo hasta que me muera. Muestra cosas importantes en mi vida, como la “Phi” de Filosofía, porque me gusta venir, pensar y hablar sobre muchas cosas. Le doy importancia al amor, porque en mi familia hay mucho amor y nos queremos por eso lo he puesto en la sala principal junto a la “Phi”. Mi museo es un Museo de Historia Personal.
- Mi museo es de los objetos más importantes. Pienso que un museo deben haber cosas valiosas, por eso pondría en diferentes salas las cosas que son muy importantes y valiosas para mí. También las cosas que me gustan mucho, por ejemplo: A mi me hubiese gustado llamarme “Anna”. Por lo tanto, mi museo es un Museo de Objetos.
- Mi museo muestra mi vida, desde el nacimiento. Información importante sobre mí. Mi nombre, nacimiento, mudanzas, nacimiento de mi hermana, cuando estuve en la primera KITA, mi escolarización en el colegio,… Todo es información importante sobre mi vida hasta hoy. Pero también he puesto otros datos como el nombre de mi padre y mi madre, porque sin ellos no podría hacer este museo ni estaría aquí en filosofía, posiblemente no estaría en ningún lado, porque no hubiera nacido y mis colores favoritos.
- El museo de FILO: (nos llevó a preguntarnos por el origen, pues no era una fábrica como se dibujó, sino una semilla que se convierte en el árbol que trae el algodón…) Después de la fábrica pasa por la tienda y se compra, aparece en las sesiones de Filosofía. Si no estuviera en las sesiones de Filosofía no se llamaría Filo, y probablemente no tendría identidad, podría ser un muñeco más de cualquier niño o niña. Finalmente haría el dibujo, de su sala, así hasta el infinito.
- Mi museo es de objetos y experiencias. Cuando fui a EuroDisney y el pato que es mi peluche favorito.
- Mi museo es de mi evolución, de historia personal. Son fotos de mí y sobre cómo he cambiado desde el año hasta los 6 y mi casa con mi papá y mi mamá.
- Mi museo es sobre mis objetos favoritos. Mi sala es única y cada visitante puede empezar por donde quiera. Estos objetos también son cosas que me gusta hacer como tocar el violín y montar en bici. Además el cohete, aunque no tengo uno, espero que un día pueda ir al espacio y verlo todo desde arriba y entender mejor el universo.
- Yo no he hecho un museo. Pero he pensado sobre el museo. Sobre qué cosas hay en los museos. Hay museos de muchos tipos como de fotos, esculturas, pinturas, huesos, historia, del cine… También he pensado que no todo el mundo debe tener un museo porque si no habría más museos que personas y no cabríamos en el mundo porque los museos suelen ser muy grandes. También pienso que no puede haber un museo de todas las cosas, y que no todos los museos valen igual. Los museos deben mostrar cosas buenas e importantes. Por ejemplo, no puede haber un museo del mal. Aunque si es un museo del mal o de personas malas con la intención de que no se repita esa maldad y se pueda aprender, sí que debería haber un museo de eso. Mi museo es sobre “el concepto de museo”
- El museo de Ester, la facilitadora de FpN: Mi museo, que me ha costado mucho hacerlo y pensarlo, está compuesto por una única sala. Las partes onduladas muestran los altibajos de la vida, altibajos necesarios, porque de eso también se aprende y se sacan muy buenas experiencias. A parte, en él muestro las cosas que han hecho que sea lo que soy hoy. Siempre he sido un poco mono, al vivir en Elche, la ciudad de las palmeras tendía a subirme en ellas. Mi familia siempre ha sido un punto importante, el fuego que ha dado luz a nuevas experiencias, ideas, pensamientos y a la oscuridad. Y sobre todo la Filosofía y los libros, que gracias a ella y a ellos, me ha hecho ser parte de lo que soy hoy. (Me obligaron a añadir en el museo a Calista, no la puse, y alarmados me dijeron: “¡Pero si es importante! Calista es especial” Así que después se añadió a Calista en mi museo).

Opinión y valoración mientras iba haciendo mi sala:
Hacer un museo sobre mí misma ha sido una experiencia mucho más profunda de lo que imaginaba. Cuando sugerí esa actividad para ellos y ellas, no pensaba que ellos y ellas también me iban a pedir mi propio museo o sala para el museo.
Al principio pensé que sería una actividad sencilla, incluso divertida, pero, pronto me vi rodeada de recuerdos, sensaciones, preguntas y emociones. Me invadieron imágenes de mi infancia, momentos felices, otros no tanto, personas que han marcado mi camino, objetos que creía olvidados pero que aún guardan un significado inmenso. Fue como abrir una ventana al pasado y al mismo tiempo mirarme con ojos nuevos. Me vi desde fuera, pero también desde dentro. Me hizo pensar en quién fui, quién soy y en quién quiero seguir convirtiéndome. Ha sido un ejercicio de memoria, sí, pero también de sensibilidad, de gratitud y de autoconocimiento. Un regalo inesperado que me han hecho estas Mentes Inquietas. Gracias.
Y ahora que lo pienso… ¿y si tú también hicieras tu propio museo?
Tómate un momento para pensar: ¿Qué objetos elegirías? ¿Qué historias contarías? ¿Qué espacio crearías para que otros te conozcan un poco más? No hace falta construir grandes salas ni vitrinas de cristal. A veces, basta con una caja, una hoja, unas fotos, unas palabras… Lo importante es detenerse y mirarse con atención, con cariño, con curiosidad.
Hacer un museo de uno mismo no es solo una actividad creativa: es un ejercicio de memoria, identidad y amor propio. Nos conecta con lo que fuimos, con lo que somos, y hasta con lo que soñamos ser.
Así que te invito: date ese tiempo, crea tu museo personal y, sobre todo, disfruta del recorrido. Porque cada historia, por pequeña que parezca, merece ser contada.

Gracias por tal bello ramo.

Estos talleres se llevan a cabo en colaboración con ESPACIO ESPIRAL